Ante todo, aclararemos que Mary G es romana, no rumana. Por algún motivo cada vez que sale al escenario termina conquistando a todo el mundo con sus conjeturas y confesiones y aunque dice reiteradas veces su origen con inconfundible acento italiano, siempre alguien se queda con la duda. Claro que luego de cada función le cuesta decidir entre cenar Carpaccio o Ciorba de Burta.